Bienvenido a Sector Ejecutivo, revista de Economía y Empresas / España, Nº 296 Marzo de 2024

TRIBUNA DE OPINIÓN - La confianza, factor clave para garantizar el futuro del retail de calzado

Rosa Allegue

CFO Skechers USA Iberia

El año pasado por estas fechas asistía como ponente a un congreso de retail con más de mil asistentes donde se trataban todas las novedades que nos estaban llegando al sector. Había hasta una máquina del tiempo para predecir lo que pasaría en 2021. En los pasillos se respiraba alegría, se comentaba el buen momento que atravesábamos y es que el sector parecía comenzar a pasar página dejando atrás, por fin, la crisis de 2008.
Hoy, un año después, resulta que la máquina del tiempo no contemplaba la crisis de la COVID-19 y los retailers no estamos centrados en las novedades tecnológicas que tanto interés generaban hace tan solo unos meses, sino que estamos reviviendo un déjà vu con las sensaciones de preocupación e impotencia que sentimos a finales del año 2007 cuando veíamos que se avecinaba una debacle importante. Y no, no éramos hipocondríacos, eran sensaciones fundadas, el sector estaba enfermo, y prueba de ello es que en sólo seis meses cerraron en España 11.000 empresas y en cuatro años más de 200.000, muchas de ellas de retail. Se perdieron miles de puestos de trabajo y al sector le costó varios años recuperarse. Yo asistí por aquel entonces con mucha tristeza al cierre de muchas zapaterías de tercera generación que decidían echar el cierre ante la imposibilidad de soportar la carga financiera que provocaba el parón del consumo.
El fantasma de la pasada crisis económica sobrevuela nuestros días. La agenda crediticia S&P ya pronostica una bajada del PIB en nuestro país de casi un 9% y cada dos o tres semanas retoca sus previsiones, por desgracia cada vez a peor. Esta caída del PIB se va a ver reflejada en el retail. Las ventas de calzado en España se realizan a través de cadenas en más de un 30%, muchas de ellas multinacionales, las ventas on line no paran de crecer pero aún siguen siendo muy residuales, el 20% de las ventas se materializa a través de tiendas tradicionales que suelen ser negocios familiares, microempresas regentadas por autónomos y con apenas empleados. Estas últimas son las empresas más vulnerables, especialmente si no disponen del local en propiedad, porque los alquileres ya les asfixian en condiciones normales y en momentos de crisis suponen la estocada fatal.
¿Qué nos espera entonces en los próximos meses en un contexto de caída brusca del PIB en un sector que ya arrastraba caída de precios y cambios tecnológicos?
Según un reciente informe de EY, en colaboración con Boston Consulting Group, el impacto de la pandemia pone en riesgo un tercio del empleo y hasta el 40% de los ingresos del sector de la moda, un impacto que podemos hacer extensivo al sector del calzado.
Lamentablemente el confinamiento ha hecho que la campaña primavera-verano de este año esté casi perdida. Cuando las tiendas puedan reabrir se encontrarán con un stock muy elevado a punto de comenzar el período de rebajas y con unos consumidores muy tocados por todos los despidos y ERTE’s realizados y, por tanto, en un periodo de gran incertidumbre, reticentes a gastar su dinero en bienes que no son de primera necesidad. Para los retailers se avecina un período de descuentos, para hacer atractiva la venta y por ende de bajada de márgenes para liquidar todo el stock sobrante.
Las empresas, grandes y pequeñas, se encontrarán con una necesidad de liquidez y aquí es donde el factor confianza será clave para la recuperación del sector. Y la confianza no es algo que se pueda improvisar, requiere de un cuidado continuo que lleva su tiempo. Si en los años pasados no se sentaron las bases de la confianza, difícilmente se conseguirán ahora en medio de una tormenta perfecta. El trato personal se torna hoy fundamental, mucho más que un contrato y todas las cláusulas legales que estamos escuchando estos días. Todos estamos algo hartos de leer sobre la “rebus sic stantibus”, ¿verdad? Los contratos están bien en el corto plazo, pero sólo bajo una premisa de confianza y contando con un sentimiento de comunidad donde la flexibilidad y empatía sirva para ayudarnos unos a otros podremos seguir adelante a largo plazo. Y como en cualquier negociación, ambas partes tendrán que ceder en algo para llegar a un buen pacto.
Para eso será necesaria la confianza de los arrendadores de los locales comerciales en sus inquilinos, otorgándoles exoneración de renta o flexibilidad en los pagos para los alquileres de tiendas cerradas al público. Si no hay ingresos difícilmente se podrá hacer frente a los pagos y creo que eso es algo fácil de entender para todos.
Confianza de las compañías aseguradoras de crédito, para que no vuelva a suceder como en el año 2007 cuando se bajaron las coberturas de riesgo de forma masiva. Es importante que los mayoristas puedan conceder prórrogas facultativas a los minoristas para evitar declaraciones masivas de impagados que impidan la recuperación de relaciones comerciales a largo plazo.
Confianza de empleadores en sus empleados y de empleados en sus empleadores. Estamos todos en el mismo barco, habrá muchas bajas, pero intentemos minimizarlas en la medida de lo posible.
Confianza entre todos los socios comerciales, proveedores y clientes, apoyándose unos a otros negociando condiciones de pago para limitar las tensiones de tesorería.
Y, por supuesto, confianza del propio consumidor en su tendero de toda la vida, en su marca preferida, que ha sabido atenderle de forma personalizada durante estos últimos años.
Se avecinan momentos difíciles para el sector retail de calzado, pero confío que entre todos conseguiremos superarlos como hemos hecho siempre.

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