Bienvenido a Sector Ejecutivo, revista de Economía y Empresas / España, Nº 296 Marzo de 2024

José Antonio Pérez Cebrián, director general de Caja Rural de Teruel

Alberto García

Caja Rural de Teruel está integrada en el Grupo Caja Rural, uno de los principales grupos bancarios que operan en España y que dispone de una gran solidez financiera y patrimonial, gestionando actualmente 60.901 millones de euros de activos y contando con unos fondos propios superiores a los 5.214 millones de euros. El grupo posee una amplia red extendida por todo el territorio nacional compuesta por 2.358 sucursales abiertas al público y 8.377 empleados al servicio de los clientes.

El pasado 29 de mayo celebraron ustedes su Asamblea General Anual. En cuanto a beneficios son 26 años consecutivos obteniéndolos, pero ¿cuáles han sido los tres factores que han condicionado el balance de 2017 de la entidad?
Los altos crecimientos de los depósitos de los clientes (un 12%), los altos márgenes de explotación ordinario y financiero, que se mantienen muy altos en los 10 años de crisis, y también la excesiva normativa nueva a aplicar a la banca, motivada por una alta morosidad y la dicha crisis.

Pese a todo, ustedes han tenido un año 2017 satisfactorio. ¿Cuáles son las cifras más relevantes de su balance?
Hemos superado los 1.500 millones de euros de balance, hemos presentado un ratio de recursos propios superior a lo exigido por la normativa y hemos generado por octavo año consecutivo, un margen de explotación superior a 20 millones de euros.

Con una marca muy consolidada siguen creciendo en clientes, socios, banca electrónica, medios de pago, seguros, bolsa, etc. ¿Cómo lo consiguen?
Porque tenemos una plantilla muy formada y muy motivada, porque nuestra cultura de empresa es cooperativa y basada en las personas (socios, clientes, empleados, sociedad) y porque somos una Caja que escucha y propone soluciones a los problemas de todos nuestros clientes; siempre estamos.

Mantienen cuotas de mercado en oficinas, créditos, depósitos, etc. en la provincia. Indíquenos cifras y por qué son tan altas.
Tenemos el 38% de créditos y el 28% de depósitos, que vienen motivadas por la creciente confianza de los clientes en nuestros empleados, nuestra marca y nuestra calidad de productos y servicios.

Usted ha destacado en la última Asamblea de la entidad la lucha de la misma “contra la desbancarización del medio rural de la provincia”. ¿Qué nos puede decir de este tema?
Que Caja Rural de Teruel no ha cerrado ninguna oficina en el medio rural turolense y mantiene su plantilla al completo, con el fin de que en todas las comarcas tengan nuestra atención y servicio, sin perjuicio de que el 52% de las operaciones que hacemos ya son digitales.

¿Hasta qué punto afecta negativamente a la actividad de Caja Rural de Teruel la pérdida de población de la provincia y el envejecimiento de sus habitantes?
No nos afecta, porque la pérdida de población, por otra parte detestable, la suplimos con mayor cuota de mercado en la provincia de Teruel y con la apertura de oficinas en otras provincias.

¿Cuáles son sus objetivos para la entidad a medio y largo plazo?
Nuestros objetivos a medio y largo plazo son: mantener cuotas, mantener ratios de eficiencia, reducir la morosidad, incrementar los Recursos Propios y la solidez, incrementar oficinas en otras provincias, incrementar plantilla, digitalizar aún más la Caja, fortalecer el Grupo Caja Rural con nuestra aportación, desarrollar el MIP (Mecanismo Institucional de Protección), que hemos constituido con otras 28 cajas rurales hermanas y que viene a asegurar la solvencia y liquidez de todas ellas.

¿Cómo piensa se comportará el año 2018 para el sector en general y ustedes en particular?
El sector seguirá cerrando sucursales, destruyendo empleo y mejorará sus márgenes, y más con la subida de tipos en 2019; se harán grandes inversiones en digitalización y cumplimiento normativo bancario. En Caja Rural de Teruel, con los datos de mayo y junio en la mano, ya podemos asegurar un incremento importante de márgenes y beneficios en 2018, y eso ya es una satisfacción sin esperar a los últimos seis meses del año.