Marco Pizzi, presidente de la Cámara de Comercio e Industria Italiana para España
Carmen Castelló Berenguer, Country Managing Director España de Babel
Isabel Blanco, consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de Castilla y León
Marisa Sáenz, directora general de Toyota Seguros
Giuseppe Vincelli, director general del Hotel InterContinental Madrid
Silvia Sanjoaquín, directora de Nuevos Negocios de Naturgy
Gil Gidron, presidente de la Cámara de Comercio España Israel y presidente de Cardumen Capital
Francesco Perniciaro, director general de Franic 21
TRIBUNA DE OPINIÓN - Si la vida te da limones haz limonada
José Miguel Sánchez
Psicólogo Organizacional y
Deportivo. Asesor de Directivos, Conferenciante, Profesor de IE Business School
y Coach Ejecutivo. Autor de los libros “El viaje del líder”, “La experiencia de
resetearse” y “Poderoso
como un niño”.
Esta frase que
todos hemos utilizado alguna vez, indica claramente que, aunque las
adversidades nos vengan a visitar, siempre hay algo que cada uno de nosotros
puede hacer.
Como decía Bruce Lee "no se trata de lo que
sucede, sino de cómo reaccionas a lo
que sucede". Al novelista francés Honorè de Balzac, por su
lado, se le atribuye la frase "la resignación es un suicidio cotidiano". A mí, personalmente, me gusta decir que "no es lo que te pasa,
sino lo que haces con lo que te pasa, lo que verdaderamente importa".
Puedes elegir la
frase que más te guste, pero
las tres hablan de lo mismo, porque se relacionan con el título de esta tribuna. Cuando la
adversidad se hace presente, tú decides si la afrontas desde la creencia en ti mismo o dejas que
te venza sin luchar.
Soy un convencido
de que, desde pequeños, nos deberían enseñar a gestionarnos emocionalmente porque lo necesitaremos para
transitar por la vida. Le podemos llamar inteligencia emocional, fortaleza mental, mindset, actitud, etc., pero
al final estamos hablando de conocernos, de trabajarnos física y mentalmente cada día y de creer en nosotros mismos para
estar preparados ante cualquier situación que aparezca en nuestras vidas.
Y, esto, ¿cómo se hace? Déjame que te cuente
algunas opciones que yo utilizo en mi día a día.
1. Conócete bien, pruébate en diferentes situaciones, con diferentes personas y aprende
de cada una de ellas.
2. No dejes que
el miedo sea la emoción que domine tu
vida. La resignación se compone en una
parte muy elevada de miedo. Este miedo puede tomar formas diversas; al qué dirán, a los demás, a no ser capaz,
a que no me quieran… todas ellas
mostrarán una versión muy alejada de quien realmente puedes
llegar a ser.
3. No te
sabotees, no pienses que eres un impostor y que no mereces lo bueno que te pasa
en la vida. Lo que sucede, conviene. Desde ahí trata de buscar siempre razones positivas de por qué eso ha llegado a tu vida.
4. No te hagas la
víctima y, por ende,
no te conviertas en víctima. El
victimismo te llevará siempre a la
dependencia de otros, a la necesidad de cosas que están fuera de ti y que, por tanto, te harán peor. Regocijarte en el sufrimiento jamás te ayudará a combatir las adversidades.
5. No juzgues a
los demás y no prestes
demasiada atención a los juicios de
los demás. En ambos casos,
el perdedor serás siempre tú. Si juzgas, lo harás desde la ignorancia porque no conoces
completamente a la otra persona, por lo que tu juicio será incompleto o, lo que es peor, erróneo. Si te afectan los juicios de los demás, estarás dando demasiado valor e importancia a personas que no te conocen
tanto como tú te conoces y, por
ello, pensarás que su juicio
tiene más valor que el
tuyo, lo cual será siempre erróneo.
6. No le des
tanta importancia a las cosas. Relativiza aquello que te pasa cotidianamente y
dale la importancia verdadera y no más, a lo que sí es excepcional y
exige de tu capacidad y serenidad para gestionarlo y, cuando es posible,
resolverlo.
7. No hagas daño a otras personas por venganza o por
placer. Cuando actuamos desde emociones negativas, se generan en nosotros
hormonas que nos dañan también y que, a la larga, nos harán sufrir. Hacer daño a otros nunca será algo gratuito.
8. Rodéate siempre de personas mejores que tú, personas de las que puedas aprender y
que sean un reto constante para ti.
9. Ama a mucha
gente. El amor es una emoción muy poderosa que
se puede dar a una pareja, hijos, familia, amigos y, por qué no, a compañeros, colaboradores o jefes en el trabajo. Sí, a estos últimos también, porque son
importantes en tu vida.
10. Quiérete mucho. Igual que la inteligencia
emocional comienza en uno mismo, la fortaleza para dirimir adversidades debe
salir de nosotros mismos. Si tu piensas que no puedes hacerlo, estarás en lo cierto. De igual modo, si piensas
que sí puedes hacerlo,
también tendrás razón. Por ello, la elección es sencilla, cuando te enfrentes a un reto, acéptalo y, desde ahí, encuentra cómo generar los recursos para solventarlo favorablemente.
Finalmente, agradece la oportunidad de haberte enfrentado a ese reto y de haber
crecido y evolucionado con él. Agradecer es un
verbo que cuando se conjuga a diario nos genera bienestar automático y libera hormonas muy positivas para
nuestro organismo.
Estas diez ideas que te transmito pueden parecerte ingenuas y seguro que tienes razón. Sin embargo, si comienzas a ponerlas en práctica, verás que poco a poco pequeñas cosas comenzarán a cambiar en ti y a tu alrededor. Te estarás preparando y fortaleciendo para afrontar esas situaciones complicadas que a todos nos llegarán en varios momentos de nuestra vida.