Gema Sanz Sanz
Directora de RRII y Desarrollo de Negocio
de Madrid Netwwork
Cuento ya unos años trabajando en Madrid Network, la red de innovación de la Comunidad de Madrid. Algunos discursos, muchos mensajes acerca de digitalización, tecnología, Industria 4.0, cloud computing o inteligencia artificial nos han invadido cada día.
Para los no nativos digitales, daba cierta pereza sumergirse en ese mundo tecnológico, al que a veces bendecíamos y otras maldecíamos por no acabar de entender.
Y de repente, abrazamos la tecnología como antídoto para paliar la mayor crisis que hemos conocido. Una crisis que cambiará nuestro mundo. Este espacio me abre la oportunidad de compartir reflexiones, que unos días antes ni me habría planteado.
Somos vulnerables y no sabíamos cuánto. Esta amenaza global está haciendo temblar los modelos sanitarios, económicos y sociales del mundo. Y ante esto, ¿cuáles son las primeras reacciones? Disciplina en Asia, descoordinación en Europa y una actitud titubeante en EE.UU. y Reino Unido. ¿Las consecuencias? Aun impredecibles.
La investigación y la innovación se han puesto al servicio de los retos humanos urgentes. Centenares de grupos de investigación están propagando sus ideas y conocimiento casi a la “velocidad de la luz” para combatir este virus, conectados a través de las redes globales. Los muestreos, los análisis y las proyecciones de la pandemia están ocurriendo, por primera vez, en tiempo real.
Los supercomputadores y la inteligencia artificial “a pie de calle”. En este sentido, es admirable el uso de la tecnología que ha hecho Corea del Sur. Apps distribuidas a toda la población para controlar la temperatura corporal, robots realizando test, unidades móviles desplazándose para hacer pruebas y una geolocalización de los focos de contagio, drones, robots realizando también labores de limpieza o reparto de alimentos.
