Bienvenido a Sector Ejecutivo, revista de Economía y Empresas / España, Nº 297 Abril de 2024

Inmaculada Gutiérrez Carrizo, directora de Negocios Internacionales de Grupo Renfe

Paloma Serrano

Cada año 500 millones de personas suben a uno de los trenes de Renfe y llegan a su destino con la puntualidad, comodidad y servicio que una de las mejores empresas de transporte del mundo puede ofrecer. Y lo hacen con la confianza y seguridad que lleva asociado su nombre durante ochenta años.

Dentro del plan estratégico del Grupo Renfe, ¿qué importancia tiene su actividad internacional?
La importancia que Renfe otorga a la actividad internacional en su Plan Estratégico es de primer orden. De hecho, es uno de los tres pilares en los que se sustenta, lo que demuestra la apuesta indudable de Renfe por la internacionalización.

En su plan estratégico especifican que alrededor del 10% de sus futuros ingresos vendrán de fuera de España para el año 2028. ¿Cuáles son las claves para poder llevar a buen puerto estas cifras? ¿En qué mercados internacionales crecerá Renfe Internacional?
Renfe es un referente en el mundo. Su marca se reconoce como sinónimo de calidad y competencia técnica en Alta Velocidad, servicios de cercanías y regionales. Eso nos coloca en una buena posición para tener ambiciosos proyectos en cartera, de alto valor para la compañía. La clave para nuestro desarrollo es ejecutar con éxito estos proyectos. Ello nos permitirá introducirnos en otros mercados, crecer en volumen de negocio y potenciar el valor de nuestra marca.
Respecto a los mercados en los que creceremos, pondremos el foco en Europa, en el continente americano y también en África y Oriente Medio. Pero más que hablar de mercados interesa fijarse en proyectos específicos. Hay que buscar aquellos proyectos que resultan interesantes por el valor estratégico que aportan para nuestro desarrollo.

Específicamente, ¿cuáles son las claves de su expansión internacional?
La reputación de Renfe a nivel mundial y la calidad de nuestros técnicos son nuestra tarjeta de presentación. Sobre la base de ello, tenemos que ser capaces de seleccionar los proyectos idóneos, que favorezcan un crecimiento sólido en terceros mercados. Otra clave importante, reconocida como una de nuestras palancas del Plan Estratégico, son las alianzas estratégicas. Debemos buscar los socios adecuados para abordar cada uno de los proyectos y mercados.

¿Qué valoración hace de la internacionalización de la economía española en general y cuáles piensa son sus fortalezas y debilidades?
España ha experimentado un proceso de internacionalización tardío pero muy intenso. Actualmente es una de las economías más abiertas de Europa y sus inversiones en el exterior tienen ya una importante huella. Las empresas españolas son punteras y referentes globales en múltiples sectores (banca minorista, infraestructuras, tecnología…). Tenemos multinacionales de primer orden y también pequeñas y medianas empresas que, no sin esfuerzo, operan en terceros mercados. Nuestro talento, flexibilidad, competitividad y capacidad de trabajo conforman nuestras mayores fortalezas. Pero nuestras empresas deben ganar tamaño. Nuestro tejido productivo sigue todavía muy dominado por el peso de las pymes y, aunque venimos incrementando paulatinamente la base de las que exportan con regularidad, queda por avanzar en este sentido.

¿Cómo están afectando al sector ferroviario los problemas globales de desabastecimiento y subidas de precios de las materias primas?
Lo que más nos afecta es la subida del precio de la energía eléctrica. Como parte del gran esfuerzo que Renfe está haciendo para ser cada vez menos contaminante (hemos reducido nuestra huella de carbono un 88% desde 1990), cada vez una mayor parte de nuestra red está electrificada, lo que nos convierte en el primer consumidor de energía eléctrica de España (2,6 TWh anuales), con un coste de 273 millones de € en 2019, un 7% de nuestros ingresos en ese año.

En la cita de Davos 2021 del Foro Económico Mundial se habló largo y tendido sobre la idoneidad del uso del tren en trayectos internacionales frente al avión, con idea de reducir a nivel global la huella de carbono. ¿Ha supuesto este debate un antes y un después en cómo la población ve ahora al tren? ¿Qué tipo de medidas han adoptado los países en beneficio de este hecho?
Lo que se expuso en Davos es la constatación de una realidad: el tren es el medio de transporte menos contaminante. El sector del transporte emite un 25% de los gases invernadero en España. Pero, de este 25%, el tren sólo aporta el 0,4%. Las personas y mercancías que transportamos anualmente con energía limpia (Renfe usa energía 100% renovable con certificado de origen) equivalen a casi 120.000 vuelos, 4,5 millones de viajes en camión o casi 400 millones en coche. Así, evitamos la emisión de casi 6 millones de toneladas de CO2, equivalente al consumo eléctrico de 15 millones de personas en un año.