Bienvenido a Sector Ejecutivo, revista de Economía y Empresas / España, Nº 300 Julio y Agosto de 2024

Rafael Pardo Correcher, director general de AEDRA

Diego Roves

En pocos sectores económicos existe el espíritu de colaboración que se percibe entre las diferentes ramas de la automoción y de éstas con las Administraciones públicas. Un sector que puede presumir de haber conseguido diferentes logros por el impulso común, especialmente en materia de gestión del medio ambiente. Así lo transmite Rafael Pardo Corrrecher, director general de AEDRA, asociación que protege y representa los intereses de los empresarios de desguaces y reciclaje del automóvil. Este segmento ha evolucionado tanto en los últimos años que actualmente las empresas españolas llegan a reciclar el 95% del peso total del vehículo, un hecho que sitúa esta industria española a la cabeza del continente europeo.

¿Son ustedes cuidadosos con el medio ambiente? ¿Qué hacen para ello? ¿Cómo son las instalaciones de que disponen sus asociados?
Es nuestra función fundamental. Nosotros dependemos de las Administraciones medioambientales, ya sea del Ministerio de Medio Ambiente o de las Consejerías correspondientes en cada Comunidad Autónoma. Los socios están concienciados porque es su negocio, son gestores de residuos peligrosos. Por tanto, tienen que actuar dentro del ámbito de una gestión correcta desde el punto de vista medioambiental. Díganos si tenemos en España una buena legislación para el tema del desguace y reciclaje.

¿En qué se diferencia de la del resto de Europa?
La legislación es adaptable y se debe reactualizar. Desde finales del siglo pasado hasta ahora, la relación que hemos mantenido con las Administraciones es extraordinaria, con mucho entendimiento y comprensión. La legislación que se ha promulgado ha sido negociada, implantada, se le ha hecho seguimiento y estamos todos muy satisfechos. No obstante, ha pasado ya cierto tiempo y hay que readaptar. Y en ello estamos, revisando normativas en Tráfico y en el Ministerio de Medio Ambiente.
Hay una directiva europea sobre los vehículos al final de su vida útil que pretende minimizar los vertidos en los vertederos, para evitar que Europa se convierta en un gran basurero. Hoy en día estamos muy cercanos a la recuperación del 95% del peso del vehículo, lo que requiere una colaboración especial con las Administraciones y las diferentes ramas del sector del automóvil.