Bienvenido a Sector Ejecutivo, revista de Economía y Empresas / España, Nº 300 Julio y Agosto de 2024

TRIBUNA DE OPINIÓN - Momentos inciertos, líderes transformadores

José Miguel Sánchez

Psicólogo Organizacional y Deportivo. Asesor de Directivos, Conferenciante, Profesor de IE Business School y Coach Ejecutivo. Autor de los libros “El viaje del líder”, “La experiencia de resetearse” y “Poderoso como un niño”.


Nuestro mundo está cambiando de manera rápida y, en muchos casos, impredecible.
La mayoría de estos cambios se están produciendo al mismo tiempo y hacen que las personas que lideran equipos estén teniendo problemas para identificar cómo o por dónde seguir. Esto complica la toma de decisiones que tienen que llevar a cabo.

Por todo ello, la pregunta que más recibo de líderes con los que trabajo es, ¿cómo lidero en estas circunstancias inciertas?
Mi respuesta siempre comienza por decirles que abrazar la incertidumbre es una de las características principales de un líder actual. De hecho, la incertidumbre es lo único cierto que tenemos en nuestra vida. La responsabilidad principal que tenemos como líderes es mantener al equipo enchufado, con la actitud adecuada, cohesionado y trabajando desde el alto rendimiento.

Para aterrizarlo en el día a día, ¿qué podemos hacer para sacar el máximo partido de nuestros equipos? Hay varios puntos que considero claves para aprovechar y ver la oportunidad en situaciones como la actual.

1. Consigue una organización emocionalmente resiliente.

Para ello es clave comenzar por uno mismo. Si quieres liderar a los demás, primero has de liderarte a ti mismo. Esto implica generar un equilibrio personal que te permita afrontar cualquier reto profesional.
Actividades como el deporte, la lectura, la meditación y dedicar las suficientes horas para dormir te ayudarán a estar despejado y descansado y con la energía suficiente para ayudarte a encontrar momentos para ti. De esta forma tendrás esa calma que permitirá a tu cerebro tener espacios para parar y reflexionar en circunstancias donde se toman decisiones bajo mucha presión.
Una vez que como líder has trabajado en tu auto liderazgo, es importante que fomentes un entorno donde tus equipos también puedan encontrar esos momentos de tranquilidad que les permitan pensar mejor y tomar buenas decisiones.
Las personas han de tener un lugar donde expresar sus emociones. Un lugar seguro donde compartir cómo están viviendo las situaciones adversas a las que se enfrentan. Es decir, un entorno tranquilo para mantener ese equilibrio mental y emocional, indispensable para momentos de incertidumbre que llevan asociado altos niveles de estrés y miedo en muchos de nuestros colaboradores.

2. Construye y mantén tus valores y propósito.

Construir el propósito es esencial para seguir creciendo como líder y permitir que el equipo también evolucione.
¿Qué tipo de líder quieres llegar a ser?, ¿dónde estás ahora mismo? y ¿qué necesitas para llegar a ese liderazgo que todavía no tienes?, son preguntas que te tienes que hacer casi a diario.
En los momentos de la verdad, tus consumidores, clientes y proveedores querrán trabajar con aquellos líderes y organizaciones con las que compartan valores.
No “todo vale”. Mantener el foco, desde un liderazgo sincero y honesto, con valores y propósito claros generará una imagen personal que creará valor para tus interlocutores y que les hará sentir cómodos haciendo negocios con vosotros.
En momentos de adversidad, el ser humano tiene la capacidad de dar lo mejor de sí mismo. Por ello, es relevante aprovechar las historias de éxito pasadas para que sirvan como palancas que os impulsen a conseguir nuevos retos. Impulsarte desde los valores, te ayudará como líder a conseguir un equipo honesto y transparente donde se comparta con todas las personas aquello que es necesario para alcanzar los resultados.
Muestra que en momentos excepcionales también se puede conseguir alto rendimiento y reconoce y agradece esos comportamientos que superan las expectativas planteadas.

3. Trabaja con empatía y confianza, desde la humildad.

Ser capaz de entender a los demás es una capacidad que todos los seres humanos tenemos. Por ello, debemos aprender a utilizarla y a sentirnos cómodos con ella.
Empatizar con el equipo es clave en cualquier líder. Implica estar accesible cuando se necesita y hacerlo adecuadamente genera confianza para que cada persona se atreva a ofrecer lo mejor de sí misma.
La mejor manera de conseguirlo es desde la humildad, sabiendo que las capacidades de todos estarán por encima de las de uno solo.
Crea un ambiente en el que te sea fácil entender a la otra persona. Sus pensamientos, conductas y emociones, para desde ahí generar esa confianza que mueva a tu equipo a trabajar como una única unidad. Ten, finalmente, la humildad para aceptar que una persona no puede tener todas las respuestas y mucho menos en tiempos inciertos.

4. Piensa y comunica de modo diferente.

Genera proyectos con equipos diversos, con miembros de diferentes departamentos o lugares, con personas conectadas on y off line. Equipos donde la curiosidad y la flexibilidad les permitan ir más allá de lo esperado.
Ya no se trata de lo que comunicas, sino de lo que tu equipo entiende. Es importante que seas claro, establezcas prioridades y no utilices un enfoque de “sí” o “no” para solucionar problemas.
Para comunicarte, establece la regla del 10x10x10. Repite tu mensaje 10 veces, de 10 maneras diferentes, sabiendo que tu audiencia se quedará con un 10% de lo que has dicho.
Crea una lista de prioridades, porque esta situación disruptiva genera más carga de trabajo y los equipos tienen que tener claro a qué deben dedicarle más tiempo y más rápidamente. Evita la información contradictoria o incoherente.
Finalmente, genera creatividad en el equipo para que piensen más allá de lo obvio. Plantea al menos 3 escenarios posibles para llevar a cabo ante cualquier reto y debate sobre cuál elegir. Al principio supondrá más trabajo, pero en el medio plazo hará que el equipo llegue más lejos.

En definitiva, como líder, debes observar este momento de manera diferente, para probar nuevas formas de hacer, generando nuevos hábitos, que un día se conviertan en automáticos y que te permitan repetir rápidamente aquello que el cliente y el equipo valoran. Elimina lo que no funciona y aprende de los errores que vayas cometiendo por el camino.