Bienvenido a Sector Ejecutivo, revista de Economía y Empresas / España, Nº 298 Mayo de 2024

Josep Bou Vila, presidente de Empresaris de Catalunya

Alberto García

Josep Bou Vila es uno de los empresarios punteros en la industria del pan en Cataluña. Lleva décadas al frente de una empresa que produce pan de alta calidad, distribuye y también cuenta con tiendas propias. Su inequívoco compromiso social, con la Constitución y con la defensa de una Cataluña puntera y líder en España le llevó a tomar el testigo de Mariano Ganduxer (DEP) al frente de Empresaris de Catalunya; luego al frente de la candidatura del PP evitó en 2019 que este partido desapareciera del plenario municipal de la Ciudad Condal. Desde otoño de 2023, coincidiendo con la reactivación del ‘procés’ debido a los pactos de Pedro Sánchez con las fuerzas secesionistas catalanas y vascas, vuelve a ocupar la presidencia de Empresaris de Catalunya con el fin de que la voz de los empresarios catalanes leales al orden constitucional llegue hasta el último rincón de España y de Europa.

¿Qué misión tiene Empresaris de Catalunya?
Empresaris de Catalunya es una organización apartidista y sin afán de lucro que tiene tres objetivos: denunciar los efectos nocivos que el independentismo tiene en la marcha de la economía catalana y de toda España; defender a las empresas catalanas víctimas de los abusos del gobierno independentista de Cataluña como las inspecciones lingüísticas, los señalamientos, el exceso de regulación, los boicots o las amenazas de sanción y, finalmente, hacer pedagogía entre la sociedad en general y los empresarios en particular de las virtudes para la buena marcha de las empresas y el empleo, de la estabilidad jurídica e institucional y el respeto al marco constitucional.

¿Cómo afecta la inestabilidad política a la economía?
En el caso de Catalunya, la inestabilidad ha tenido efectos evidentes, todos ellos negativos no sólo para las empresas, sino para la calidad de vida de los catalanes indistintamente de su signo político. La caída de la inversión exterior provoca que Cataluña tenga menos oportunidades de empleo, el hecho de que la administración autonómica dedique muchos millones a promover la independencia en el exterior mediante las llamadas “embajadas” ahuyenta de Cataluña a los que quieren invertir en España. A nivel global, hemos sido superados por la Comunidad de Madrid y la valenciana y en un ámbito sectorial tan importante para Cataluña como el turismo, Málaga ha desbancado a Barcelona como principal receptor de inversiones.
La imagen exterior de Cataluña y la que tenían el resto de los españoles de los catalanes ha quedado maltrecha y nuestra mala reputación nos ha hecho perder el liderazgo en el ranking del PIB nacional.
En un indicador tan evidente de la fortaleza de una economía como el número de autónomos que cotizan a la Seguridad Social, también hemos perdido el primer cajón del podio que ha pasado a manos de Andalucía.

Dice usted que Cataluña ha perdido el liderazgo en PIB a nivel nacional. ¿La situación es reversible?
Que Cataluña se haya atascado y esté en retroceso económicamente hablando no sólo afecta negativamente a Cataluña, también tiene un efecto desastroso para el conjunto de España. Antes de 2017 llegamos a ser más del 20% del PIB nacional, si dejamos de crecer, España en su conjunto se resiente.
La situación es reversible, sin duda, las recetas para el crecimiento están inventadas. Estabilidad en el gobierno, fiscalidad ajustada, desregulación para evitar que las empresas tengan trabas para invertir. Aragón capta empresas de Lleida porque abrir una industria en Fraga (Huesca) es más rápido y económico que en Lleida o Mollerussa. Atracar un crucero en Palma de Mallorca o Valencia es hoy más barato que en Barcelona. Los impuestos que paga un empresario, que a fin de cuentas arriesga su patrimonio para crear empleo, son hoy más bajos en cualquier otra comunidad autónoma de España.
Cataluña, para volver a la senda del crecimiento, necesita menos nacionalismo y menos intervencionismo.

Junts per Catalunya apuesta por multar a las empresas que salieron de Catalunya desde 2017 debido a la inestabilidad e inseguridad jurídica ¿Qué posición tiene Empresaris de Catalunya sobre esta propuesta?
Es un sinsentido. Casi 9.000 empresas se han deslocalizado de Cataluña desde la declaración de independencia de Puigdemont y sólo 3.000 han venido, nuestro saldo negativo no tiene comparación con ninguna otra comunidad autónoma de España. Amenazar a las empresas con sanciones es disuasorio si lo que se desea es su regreso a Cataluña. Cuando el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, pide un referéndum, está diciéndole a las empresas: “no vuelvan ustedes a Cataluña, aquí sus inversiones no están seguras”. En 2017 las empresas tomaron la decisión de instalarse en otros lugares de España, entre otros motivos, ante el temor de que fruto de una declaración de independencia quedaran fuera de la zona euro.