Bienvenido a Sector Ejecutivo, revista de Economía y Empresas / España, Nº 300 Julio y Agosto de 2024

Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball

Pilar Ferrer

Su paso por la política aún se recuerda en el Congreso de los Diputados. Allí llegó en los años de la transición y forjó, junto al líder de Unió Democrática de Cataluña, Josep Antoni Durán i Lleida, un grupo parlamentario de Convergencia i Unió que hizo época. Años de consenso, negociación, debates de altura, eterno hombre puente entre Cataluña y el resto de España. Durante casi treinta años, Sánchez-Llibre fue el gran portavoz en las Comisiones Económicas más importantes de la Cámara Baja, Presupuestos, Economía, Industria y Comercio. Negoció con habilidad con todos los Gobiernos de La Moncloa: del PSOE y del PP, siempre con el objetivo de favorecer el papel de las empresas. De linaje le viene, hijo de Daniel Sánchez Simón. Un gran emprendedor fundador de Conservas Dani, que ahora batuta con éxito su hermano Daniel, la vida de Josep Sánchez Llibre ha estado siempre ligada a la defensa del empresario, primero desde la política y en la actualidad como presidente de Foment del Treball, la patronal más antigua de España, vicepresidente de la CEOE, y presidente de la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos (SBEES), el gran foro de debate de la política económica en Madrid.
Cuando llegó a la presidencia de Foment, en noviembre de 2018, se propuso hacer una revolución total. Y lo ha conseguido. La influencia hoy de la Patronal catalana es enorme y, dentro de la convulsión política existente en Cataluña, Sánchez-Llibre ha sabido enarbolar una estrategia de diálogo con todos los partidos, incluidos los independentistas, siempre a favor de la fiscalidad, el empleo y el tejido productivo empresarial. Es la suya una trayectoria volcada en el mundo económico que, como diputado de CIU defendió tantos años en el Congreso y ahora lo persevera desde Foment, la SBEES y la CEOE.
En noviembre del pasado año ingresó en la Real Academia de Doctores en un acto solemne en la veterana sede de Foment, en la barcelonesa Vía Laietana. Su discurso de ingreso fue, como siempre, en la misma línea. Defensa de las empresas y apuesta por gobiernos estables que favorezcan su competitividad, fiscalidad y generación de empleo.

El papel del empresario en la España de hoy, ¿qué consideración social y política tiene?
Los ciudadanos valoran muy positivamente la tarea de empresarios y de empresas, lo dicen las encuestas. Otra cosa es como actúan algunas administraciones y algunos partidos políticos. En los últimos tiempos desde una parte del Gobierno de España se ha puesto la proa contra los empresarios, e incluso se han hecho ataques personales, con nombres y apellidos. Eso está fuera del terreno de juego de la crítica política. Creo que hay que poner más en valor el papel del empresario en la sociedad española. Sería fenomenal tener un Día del Empresario a nivel nacional, como ya existe en Cataluña, gracias a los esfuerzos de Foment del Treball.

¿Es más complicado ser empresario hoy o hace una década?
Ser empresario siempre es complicado. Tiene que ver con tomar riesgos, con reinvertir, con pensar en la empresa como un todo. Siempre digo que la empresa la comprenden los empresarios, los empleados, los proveedores, los clientes, todos aquellos que están involucrados. Porque el papel social del empresario es muy relevante. Quizás últimamente sí que se perciben más ataques a los empresarios, obviando con cierta mala fe la aportación a la cohesión social que hace el mundo empresarial. Digo que es complicado, pero también es maravilloso. Desarrollar un proyecto empresarial es apasionante y, como digo, repercute en la sociedad. No sólo creando empleo, sino también aportando riqueza y una visión del mundo.

¿Cuál es la situación de la industria en España?
La situación de la industria en España en 2024 presenta una mezcla de desafíos y oportunidades. Por un lado, la producción industrial ha mostrado signos de recuperación, con un incremento del 3,6% en enero de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior. A pesar de estos datos positivos, la industria enfrenta varios problemas estructurales. La elevada factura eléctrica, que puede alcanzar hasta el 50% de los costes de producción en algunas empresas, sigue siendo una carga significativa. La brecha en los precios de energía con otros países europeos está prevista que aumente, lo que podría afectar negativamente la competitividad de la industria española. Además, el sector industrial sigue perdiendo peso en la economía del país, y aunque las percepciones sobre la situación actual de la industria han mejorado ligeramente en comparación con años anteriores, todavía un porcentaje considerable de encuestados la considera desfavorable​. Pero hay muchas oportunidades.

¿Deben seguir los empresarios trabajando su actividad internacional?
Respondo con un rotundo sí. Mantener y expandir la actividad internacional es una estrategia fundamental para el crecimiento sostenible y la competitividad a largo plazo de las empresas. Por una parte, porque expandirse internacionalmente permite a las empresas diversificar sus riesgos al no depender exclusivamente de un solo mercado. Existen oportunidades en diversos mercados que los empresarios españoles están abriendo. Eso afecta a la reputación de las empresas españolas, que está en auge.